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fabulman

Sueños mediáticos

Mi noche se ha perdido entre los rayos catódicos de mi fiel amigo. El control remoto tiene las teclas desgastadas pero todavía intento terminar de exprimir la programación del día. De pronto, algo me detiene. Es una imagen familiar, casi mi propio reflejo en la pantalla. Es él. Sonríe para demostrar su simpatía y envía saludos por doquier.

Es imposible, ya es medianoche y los canales locales han terminado sus transmisiones. ¿Por qué sigue ahí? En un inútil intento, tomo el control y paso de canal. Los Expedientes X, mi programa favorito. Me hundo en la truculenta trama que lleva a los agentes Mulder y Scully a estudiar el extraño caso de una verruga que produce extraños alienígenas. El implicado niega cualquier indicio de culpa y señala que las “cúpulas corruptas” lo han implicado en este problema. Al escuchar aquella frase me incorporo en mi silla y compruebo que está allí; con su risa permamente y enviando un saludo a los “agentes mismos del FBI”.

Cierro mis ojos. No puede ser verdad. Cambio nuevamente el canal y me consigo con “La Niñera” que está muy entusiasmada porque después de haberse divorciado de un famoso millonario ahora va a trabajar cuidando la dulce hija del presidente de un país. Pocos minutos después, aparece una niña catirita que tiene como mascota una morrocoya. El asunto comienza a resultarme común y prefiero seguir buscando algo mejor en el televisor.

Aparece un extraña mujer, rubia oxigenada, que con unas fichas en la mano anuncia el caso que prosigue: ¿Por qué censuran su programa y colocan en su horario cadenas presidenciales? Un tal Diosdado Cabello defiende el derecho de preservar la moral y las buenas costumbres. La animadora anuncia a un invitado que aparecerá de incógnito. Sólo se observa una figura entre sombras que sonríe ampliamente y tiene una protuberancia que sale de su frente. Mientras manda saludos, Diosdado Cabello aprovecha para caerle a golpes a la animadora. Interviene la policía y cortan la transmisión.

Casi vencido paso de canal y me encuentro con Ally Mc Beal que se queja de su mala suerte para conseguir un hombre que la comprenda. Intuyo inmediatamente sobre quién puede ser ese Romeo que ella espera. ¿Acaso existe alguien más indicado para complementar la neurosis de la protagonista? Sin embargo, cuando termina el capítulo todavía ella está sola.

La sonrisa, la verruga y los saludos ahora aparecen en todos los comerciales. Me despierto sobresaltado. Son las 6:30 de la mañana y en un programa de opinión alguien envia saludos a todas las mujeres y hombres que se levantan temprano para trabajar por esta república bolivariana. Apago el televisor. No necesito saber quién es. Ya tendré suficientes oportunidades para verlo a través de la pantalla catódica.

(Otro escrito de junio del 2000)

1 comentario

Antonio -

No comas tanto en las noches, es peligroso para la salud (mental)

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